Definiendo Toxicidad
- Doris M. Santiago
- 26 nov
- 14 Min. de lectura
En este artículo quisiera compartir qué es una persona tóxica según la Biblia. Cuando imaginamos la palabra "toxicó", inmediatamente vemos imágenes de algo dañino, corrompedor o destructivo. Todas esas descripciones podrían empezar por un cuadro fundamental que identifique los efectos de la toxicidad, pero se quedan cortas al martillar en su lugar el núcleo de la toxicidad. La palabra "toxicó" no aparece en la Biblia, pero el concepto y sus descripciones iluminan su existencia y su realidad.
Empecemos a definir el espectro de toxicidad desde el menos grave hasta el tóxico por excelencia.
El Manipulador
Él atrapa a los sabios en su propia astucia y desbarata sus ingeniosas maquinaciones.
Job 5:13
Existen personas pasivamente tóxicas: son aquellos que se hacen la víctima con la intención enmascarada de motivar a otros mediante la culpa. Cuando alguien significativo (el cónyuge, hijo/a, pariente) le habla, demudan su rostro, demostrando molestia, pero, al preguntarle qué le sucede, dice "Nada", encerrándose en un silencio incómodo para que los demás le presten atención y noten su victimidad. De manera manipuladora, manejan las situaciones a su beneficio, sin considerar cómo incomodan a los demás. Cómo definimos la manipulación: controlar, manejar o utilizar a alguien mediante el ingenio con el fin de obtener ventaja en beneficio de intereses propios.
Encontramos en el libro de Jueces 16 la historia de una mujer que, con una agenda oculta, manipuló a Sansón, provocando la partida del Espíritu de Dios. En su caso, utilizó con mucha astucia la manipulación mediante la culpa, haciéndose pasar por víctima para capturar a Sansón y, como resultado, cobrar una recompensa monetaria. ¿Cuál fue su motivación? La avaricia:
Entonces Dalila, haciendo pucheros, le dijo: «¿Cómo puedes decirme “te amo” si no me confías tus secretos? ¡Ya te has burlado de mí tres veces y aún no me has dicho lo que te hace tan fuerte!». Día tras día lo estuvo fastidiando hasta que Sansón se hartó de tanta insistencia.
Jueces 16:15 NTV
¿Cómo es que la víctima es tóxica? Porque utiliza la sutileza y la astucia para conseguir lo que quiere operando en la oscuridad de mentiras, comportamientos engreídos e incertidumbre disfrazada.
El Rencilloso
Mejor es vivir en una tierra desierta que con una mujer rencillosa e iracunda.
Proverbios 21:19 RVA
En los Proverbios se encuentran algunos versículos que hablan sobre la mujer rencillosa e iracunda:
Mejor es vivir en un rincón de la azotea que compartir una casa con una mujer rencillosa.
Proverbios 21:9 RVA
Mejor es vivir en un rincón de la azotea que compartir una casa con una mujer rencillosa.
Proverbios 25:24 RVA
Gotera continua en un día de lluvia
y mujer rencillosa son semejantes; sujetarla es sujetar al viento o al aceite en la mano derecha.
Proverbios 27:15 RVA
Quizás usted esté pensando que los versículos están repetidos erróneamente, pero los animo a que los lean de nuevo detenidamente; verá que sí están repetidos en tres capítulos diferentes, por si no lo tomo en cuenta la primera vez que lo leyó! (¿Hmmm, será que nos está tratando de enseñar algo?)—La contesta es: ¡Sí! La Biblia describe a la mujer rencillosa como "gotera continua" porque molesta e incordia sin cesar. Es aquella mujer a la que le importan muy poco los padecimientos y los sentimientos de los demás. Ella busca razones frívolas, triviales para levantar contención. Lo cierto es que todos los residentes del hogar no viven felices porque ella se pasa buscando falta en todo para criticar. Se queja entre dientes, en voz baja, refunfuña y censura hasta el cansancio a quienes están a su alrededor. Y cuando no encuentra qué criticar de los de su casa, empieza a criticar al público. Es una mujer dada al enojo porque vive en la amargura.
Quizás la hayas oído decir: "Yo no estoy tratando de ser grosera, pero..." Cuidado con el "pero" que dice porque ha de lanzar proyectiles de contienda. En el corazón de esa mujer hay amargura. Si ella no acepta la responsabilidad del dolor que promueve, es porque su corazón está endurecido a no aceptar ni recibir corrección. ¿Qué la hace tóxica? El hecho de que esté dando un ejemplo a seguir a sus hijos, causando daño colateral. Pero quiero ser clara en esto: ser rencilloso no se limita al género femenino; los hombres también pueden ser rencillosos!
La Serpiente y la Luciérnaga—Fábula
Una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga para comérsela, durante días estuvo detrás de ella, hasta que la luciérnaga intrigada se detiene y le pregunta: - ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?- La serpiente le dice cortante: -No-, nuevamente la luciérnaga le pregunta: - ¿Te hice algún mal?- No-, responde la serpiente. La luciérnaga entonces le pregunta: —¿Por qué quieres acabar conmigo? —Su respuesta fue:
-Porque no soporto verte brillar.
—Esopo
El Envidioso
El corazón apacible vivifica el cuerpo, pero la envidia es carcoma en los huesos.
Proverbios 14:30 RVA
Si les gustó la fábula de arriba, más interesante se les hará ver cómo la Biblia ofrece un visual al lector mediante la carcoma para ilustrar las consecuencias de la destrucción que causa la envidia. La carcoma es un insecto que excava la madera, alimentándose de ella y debilitando su integridad, perdiendo volumen y fuerza. Lo que hoy llamamos osteoporosis (una enfermedad ósea que se caracteriza por una disminución de la densidad del tejido óseo, con consecuencias de una fragilidad exagerada de los huesos) es precisamente lo que describe la Biblia al expresar "carcoma en los huesos". O sea, la persona envidiosa debilita a los demás hasta destruir relaciones de manera excesiva. La persona envidiosa envidia a otras personas por lo que tienen: éxito, felicidad, crecimiento y/o popularidad. En conjunto, la envidia y los celos se simpatizan, lo que corrompe con mayor intensidad el estado de la persona tóxica y, lamentablemente, afecta a los demás a su alrededor.
El envidioso destruye lentamente al sujeto a quien proyecta sus comentarios y comportamientos acídicos. La envidia mata no solo causando daño colateral, sino también a la fuente de quien expone tal exhibición de comportamiento. La persona envidiosa se molesta al ver a otros bien. Esta persona es tóxica porque no estima a los demás, sino que se jacta de sí misma.
Cuando en el matrimonio existe un cónyuge envidioso, en el otro se observan evidencias visibles de estar en compañía de su comportamiento corrupto. En público tienen dificultad para hablar y, si se hablan, más habla el envidioso; el otro cónyuge muestra expresiones de indignación y disgusto. Con cada interacción, el valle de distancia entre ambos se va ampliando hasta que alcanzan el punto de no quererse hablar.
El Orgulloso
El orgullo va delante de la destrucción y la arrogancia antes de la caída.
Proverbios 16:18 NTV
La persona orgullosa mantiene sus confianzas y atenciones excesivas en sus habilidades, logros, condición, posesiones y posición. En la óptica bíblica, hay muchas palabras que describen el orgullo con énfasis, pero que comparten algo en común. La persona orgullosa se revela a sí misma mediante las manifestaciones de la arrogancia y la soberbia.
La arrogancia se demuestra externamente con ojos altivos, semblante y comportamiento obstinados, proveyendo un rayo equis visible de la condición del corazón. La arrogancia es un comportamiento, una de las manifestaciones externas de la persona orgullosa.
Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado.
Romanos 12:3 NVI
El soberbio da a conocer lo que piensa de sí mismo, en el que se cree mejor y más grande que los demás. El soberbio evoca la perfecta ejemplificación bíblica de la palabra «soberbia»: el rey Nabucodonosor. Aquí lo vemos hablando en el siguiente versículo:
Les daré una oportunidad más para inclinarse y rendir culto a la estatua que he hecho cuando oigan el sonido de los instrumentos musicales. Sin embargo, si se niegan, serán inmediatamente arrojados al horno ardiente y entonces, ¿qué dios podrá rescatarlos de mi poder?
Daniel 3:15 NTV
El rey Nabucodonosor no contaba con verse confrontado con tres jóvenes confiados en el único Dios Omnipotente. Él mandó edificar una estatua de su propia imagen para que sus súbditos la adoraran e impuso que se postraran ante él al oír el sonido de varios instrumentos musicales. ¿Qué le sucedió al rey Nabucodonosor?
En ese mismo momento se cumplió la sentencia y Nabucodonosor fue expulsado de la sociedad humana. Comió pasto como el ganado y lo mojó el rocío del cielo. Vivió de esa manera hasta que el pelo le creció tan largo como las plumas de las águilas y las uñas como las garras de un ave. Cuando se cumplió el tiempo, yo, Nabucodonosor, levanté los ojos al cielo. Recuperé la razón, alabé y adoré al Altísimo y di honra a aquel que vive para siempre.
Daniel 4:33-34 NTV
¿Por qué es que el orgullo con sus manifestaciones de soberbia, arrogancia y altivez es definido como tóxico? Porque exponen a los demás alrededor de ellos a humillaciones y denigraciones mientras que ellos mismos se enaltecen—y no hay quien los soporte. La corrupción que el rey Nabucodonosor quiso imponer a sus súbditos mediante una idolatría obligatoria ilumina el nivel de orgullo que él deseaba exhibir ante el mundo de su tiempo. Asimismo, hoy en día existen personas orgullosas que no perdonan ni piden disculpas, pensando que todos los demás viven dándole vueltas a ellos, poniéndolos en el centro de la atención. Hoy se utiliza la terminología psicológica: «narcisista».
El narcisista es aquella persona que actúa con un aire de rectitud y control, descartando a los demás y mostrando con frecuencia actitudes condescendientes o denigrantes. He incluido el trastorno de personalidad narcisista porque, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, se considera un trastorno de personalidad. Vea los síntomas que definen este desorden:
Una lógica grandiosa de la autoimportancia
Una fijación con fantasías de éxito infinito, de control, de brillantez, de belleza o de amor idílico.
Una creencia de que él o ella es extraordinario y excepcional y sólo puede ser entendido por, o debe conectarse con, otras personas o instituciones extraordinarias o importantes.
Un deseo de admiración injustificada.
Un sentido de derecho
Comportamiento interpersonalmente opresivo.
Ninguna forma de empatía
Resentimiento hacia los demás o la convicción de que los demás están resentidos con él o con ella.
Una muestra de comportamientos o actitudes egoístas y engreídas
(DSM-5 301-81 (F60.81)
Lo cierto es que, bajo el criterio de este manual (utilizado por el campo de la psicología), la existencia de cualquiera de los 5 de los 9 criterios mencionados apunta a trastornos de personalidad narcisista. El tratamiento para tal persona incluye modalidades multidisciplinarias, como la psicoterapia, y, como muchos de estos pacientes presentan comorbilidad con otros problemas psiquiátricos, como depresión, ansiedad y trastornos del ánimo, también pueden administrarse ciertos medicamentos psicotrópicos. ¿Qué hace al narcisista tóxico? El narcisista exhibe una naturaleza implacable, mostrando ira y agresión en relaciones cercanas, afectando las relaciones laborales o cualquier actividad de grupo. Todos alrededor de la vida del narcisista son afectados porque, como él solo se mantiene en cuenta, vive su vida menospreciando, despreciando y rechazando a los demás.
¿Qué se puede decir del narcisista desde una perspectiva bíblica? Es una persona entregada a una mente corrompida. El narcisista, en verdad, es un orgulloso por suprema excelencia que exhibe su orgullo mediante manifestaciones de soberbia, arrogancia y prepotencia. Vea esta verdad:
Lucen su orgullo como un collar de piedras preciosas y se visten de crueldad.
Salmo 73:6 NTV
El Hipócrita
El hipócrita condena a otros por cierta cosa, pero él o ella mismo hace exactamente lo que condena.
No juzguen a nadie, para que nadie los juzgue a ustedes. Porque tal como juzguen, se les juzgará, y con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes. ¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo y no le das importancia a la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame sacarte la astilla del ojo”, cuando ahí tienes una viga en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano.
Mateo 7:1-5
Es una persona inestable que, de frente, actúa de cierto modo, pero frente a otros es otra persona. Jesús encontró a varios a quienes llamó, enfática y audiblemente, "¡hipócritas! El Señor Jesús escudriñaba los pensamientos y comprendía el motivo de las palabras de la gente. ¿Por qué es que la persona hipócrita ha logrado formar parte de este artículo como tóxico? Porque, dentro de la necedad de su hipocresía, ocasiona daño al modo en que se expresa, apuntando a los demás sin considerar sus propias acciones. El hipócrita se justifica a sí mismo al acabar de cometer la misma cosa que critica. No obstante, ser hipócrita no se limita a la persona simple sino que se expresa aun en la gente intelectual:
¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, hipócritas!, que son como sepulcros blanqueados. Por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de impurezas. Así también ustedes, por fuera dan la impresión de ser justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad.
Mateo 23:27-32
Esos versículos fueron las palabras del Señor Jesús a los fariseos intelectuales, educados y súper religiosos. Ellos hacían imposiciones a los demás sobre cosas que ellos mismos no hacían. Es triste ver al hipócrita señalar a los demás, pero se enreda en las mismas palabras, permeadas de crítica, prejuicio y obstinación. ¡Quizás conoces a alguien que pueda describirse así, ojalá que no seas tú! La persona hipócrita es desconfiable, desleal y prejuicioso.
El Amargado
Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados.
Hebreos 12:15
Es interesante el visual que la Palabra de Dios nos ofrece mediante un juego de palabras como "raíz de amargura". Al observar los árboles, no podemos ver adónde llegan las raíces que se extienden desde el tronco, porque están cubiertas por la tierra. Pero existen muchas personas que pueden testificar haber observado el daño que causan las raíces en la plomería que sale de la casa y se conecta al alcantarillado de la ciudad. Los daños son costosos y devastadores para la apariencia del patio. La raíz de la amargura en la persona se extiende hacia quienes, muchas veces, ni tienen culpa de lo que el ofensor cometió.
La persona amargada ahuyenta a los seres queridos, amistades y conocidos porque su manera de hablar, actuar y comportarse les causan daño. La persona amargada se arropa en sí misma, repitiendo con frecuencia el daño ocasionado en su contra y, en la extremidad de su situación, razona su amargura, cementándose en la falta de perdón. Detrás de la persona amargada se encuentra la cara cubierta de velo del orgullo. Después de haber sobrevivido a la desilusión de alguien, se obstina en alcanzar un nivel de prepotencia, cinismo y crueldad que nadie soporta. Tristemente, ellos se cansan de estar solos, sin saber cómo superar sus sentimientos dolorosos y los recuerdos de quien los maltrató. Algunos, viendo que son el denominador común de varias relaciones quebrantadas, buscan ayuda, pero otros, el corazón endurecido por el orgullo, no les permite perdonar ni pedir perdón, esperando que otros se les acerquen para pedir perdón. En ese, mientras tanto, alcanzan una mente reprobada y corrupta que afecta sus interacciones y relaciones hasta que se humillan ante Dios pidiéndole perdón. ¿Qué los motiva a ser así?… El orgullo.
"La amargura es como beber veneno y esperar a que la otra persona muera. Te hace más daño que a nadie."
El Chismoso
El perverso provoca contiendas, y el chismoso divide a los buenos amigos.
Proverbios 16:28
En varios países latinoamericanos se utilizan diversas palabras para identificar al chismoso: "bochinchero", "el que lleva y trae", "lengua larga", "cotilleos", "boquiflojo" o "cuentista", entre otras. Como quiera que sea, quien se dedica a compartir chismes es desconfiable. Existen seis cosas que aborrece Dios:
Sin leña se apaga el fuego, Y donde no hay chismoso, cesa la contienda.
Proverbios 26:20
¿Usted se preguntará cómo es que el chismoso siembra discordia entre hermanos? Con la misma facilidad con que el chismoso te contó sobre otros, de ti está hablando detrás de tus espaldas con otras personas. Los chismes entretienen, pero siembran desconfianza en quienes los recibe. El chisme sembrado en personas brota en detalles exagerados a medida que se expresan y se comparten entre los demás. Tanto daño ocasionan que un complemento dado positivamente termina por desnudar al sujeto del chisme en vergüenza.
Algunas personas se envuelven en los chismes para atraer la atención hacia sí mismas, ya que conocen la habladuría del momento. Es triste notar que la motivación detrás de un chismoso es recibir atención a su persona, ya que, cuando se percata de que el chisme se ha difundido, identifica una falta de carácter, a la que muchos le dan distancia para no caer en la lengua del chismoso ni ser hecho partícipe o cómplice de sus acciones.
El chismoso figura en este escrito porque su comportamiento corrompe a otras personas. Existen países donde el chisme se glamoriza; se publican historias para entretenimiento, comentando sobre la farándula y los políticos, pero sirven para fomentar comportamientos divisivos; todo ello con la intención de generar televidentes.
¿Valdrá la pena prestar atención a los chismes del chismoso? No, si usted desea ser el próximo objeto de atención del chismoso.
El Mentiroso
Hay seis cosas que el Señor odia, no, son siete las que detesta: los ojos arrogantes, la lengua mentirosa, las manos que matan al inocente, el corazón que trama el mal, los pies que corren a hacer lo malo, el testigo falso que respira mentiras y el que siembra discordia en una familia.
Proverbios 6:16-19 NTV
La persona que miente lo hace por varias razones: para encubrir la verdad, para no dar explicaciones, para ejercer cierto poder sobre la persona a quien miente. Cualquiera que sea la excusa, el mentiroso es tóxico porque corrompe la verdad y promueve divisiones en sus relaciones.
Al mentiroso no se le cree, aun cuando diga la verdad.
—Esopo
A medida que la persona continúa mintiendo, se forma un hábito. Al forjarse el hábito, la mente del mentiroso se cree sus propias mentiras. Lo que deseo iluminar es que mientras más se practica la mentira, más susceptible es el mentiroso a mentir hasta el punto de que se vuelve una compulsión difícil de controlar. Tanto se convence el mentiroso que, en lo más extremo, se vuelve un mentiroso patológico. La mentira patológica se relaciona con patrones de pensamiento y creencias desordenadas.
Vea las señales del mentiroso:
1) Embellece las mentiras con muchos detalles
2) Cuenta historias dramáticas y muy improbables
3) Parece ansioso al hablar
4) Se ponerse a la defensiva cuando se le confronta por una mentira
5) Cambia constantemente su versión o es impreciso al ser interrogado
6) Miente sobre algo incluso cuando no hay razón para ello
7) Aparenta despreocupación por ser descubierto en una mentira
8) Siente euforia al salirse con la suya mintiendo
9) Hace pasar como propia la historia de otra persona
10) Actúa de forma que no concuerda con sus palabras
—La mentira piadosa, santa, pequeña o blanca no es mentira… pregúntele al que fue mentido o a Dios que lo escuchó.
El que miente engendra desconfianza, levanta sospechas, incita contiendas, rompiendo relaciones. Si en esta vida mentir es un acto fácil de ejecutar, piénselo dos veces para la eternidad que vivirá. Ni en esta vida ningún ser humano desea tolerar ser mentido; ni Dios lo tolerará.
Apocalipsis 21:8 RVR1960
Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
Mientras leyó este escrito, quizás le vinieron a la mente personas conocidas que exhiben el comportamiento tóxico compartido. O quizás usted se identificó personalmente con las descripciones. Le diré que muchas personas no perciben su propia condición hasta que alguien se la señala. Tampoco perciben cómo su comportamiento afecta a los demás, porque están tan llenos de sí mismos que no hay espacio para considerar a nadie más. Muchas veces es fácil apuntar el dedo señalando a otros sin darse cuenta de que, mientras el dedo índice apunta a otros, el dedo medio, el anular y el meñique apuntan a usted. Si conoces a otros que tienen este comportamiento y que lo que han alcanzado es ahuyentar a otros, la Biblia también contiene instrucciones para lidiar con este asunto.
Gálatas 6:1 DHH
Hermanos, si ven que alguien ha caído en algún pecado, ustedes que son espirituales deben ayudarlo a corregirse. Pero háganlo amablemente; y que cada cual tenga mucho cuidado, no suceda que él también sea puesto a prueba.
Si usted se reconoce en lo escrito, busque ayuda para mejorar la calidad de sus relaciones con los demás. Detrás de cada categoría tóxica hay razones que motivan esas acciones. Con ayuda profesional, se puede observar su vida desde afuera hacia adentro para ofrecerle una perspectiva que usted desconoce, pero que descubrirá, así como las herramientas para dejar atrás el comportamiento tóxico.
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