En el celebro, la amígdala (el área que identifica amenazas de peligro) toma pasos de protección antes de la corteza (la parte del celebro responsable en pensar y juzgar antes de tomar acción). Esas acciones son aquellas hechas sin razonar las consecuencias. En fin, la persona enojada puede cometer atrocidades; decir o hacer cosas indebidas todas de las cuales envuelven un costo devastador. Bajo enojo es difícil razonar, pensar con juicio cabal o distraer la atención a algo diferente que no sea el tiro al blanco del enojo. Quiere decir que estar enojado es malo? No, dice la Biblia: “Enójense, pero no pequen; no se ponga el sol sobre su enojo.” Efesios 4:26 Es interesante incluir aquí que el siguiente versículo dice “ni deis lugar al diablo.” Efesios 4:27 Pone en un cuadro de perspectiva lo que sucede sino se controla el enojo y a quien le estiramos la carpeta roja de oportunidad de operar en nuestras vidas dentro del enojo descontrolado.
¿Cuáles son las acciones que la persona toma bajo enojo? En extremos del espectro del enojo, la persona puede comenzar a desear la muerte o le causa la muerte (de vida o amor) a otro inmediatamente o con el progreso del tiempo. En la Biblia hay un perfecto ejemplo del cual he tomado el título de este escrito. En el libro de Jonás el profeta se había apesadumbrado tanto que le pidió a Dios que le quitara la vida. Le dejo de tarea leer porque se enojó tanto.
“Ahora pues, oh, Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida. Y Jehová le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto?”
Jonás 4:3-4
“Entonces Nabucodonosor se llenó de ira y se alteró la expresión de su rostro contra Sadrac, Mesac y Abed-nego. Ordenó que el horno fuera calentado siete veces más de lo acostumbrado.” Daniel 3:19
En otro ejemplo, el enojo desfigura el semblante de la persona. Bajo el enojo se empieza a sentir tensión muscular con un brote de energía que provoca tomar acción inmediata. El corazón siente aceleración, la presión arterial aumenta, y aumenta la frecuencia respiratoria. La cara de la persona se enrojece a la medida que ingresa un aumento de flujo sanguíneo, todo en preparación para la acción; a estas alturas la persona está lista para pelear. Pudiéramos asesorar que en el caso del Rey Nabucodonosor en el libro de Daniel lo que acabo de describir fue exactamente lo que le sucedió.
Quizás pensar en esto no le impresione tanto en querer dejar que sea dominado por el enojo. Pero quisiera cambiar su enfoque en el estado del enojo a como el enojo afecta a los demás. La Biblia nos ensena que los que viven en enojo son personas las cuales nadie desea tener a su lado. “Mejor es morar en tierra del desierto, Que con la mujer rencillosa é iracunda.” Proverbios 21:19 ¡Se que el versículo se refiere a la mujer pero al hombre iracundo no hay quien lo soporte tampoco! Se pierde el enojado en su enojo de tal manera en que se vuelve la persona en necio. “Pesada es la piedra y la arena pesa, pero más pesada que ambas es la ira del necio. Proverbios 27:3 ¿Porque es pesada la ira del necio? Porque el necio enojado tiene dos cosas trabajando en su contra, la ignorancia de su necedad y la ceguera del enojo que no lo permite pensar bien las cosas antes de actuar sobre ellas. ¿Cuáles podrían ser las consecuencias de un necio iracundo? —¡SALVESE QUIEN PUEDA!
El que tarda en airarse es grande de entendimiento; el impaciente de espíritu pone de manifiesto su necedad. Proverbios 14:29
El enojo interrumpe la tranquilidad de la persona de tal manera que descontrola la coherencia de sus expresiones verbales, provoca ser irrespetuoso, e incita actos de violencia (destrucción en el hogar, abuso—físico, verbal, emocional, sexual) y lo peor es que si hay hijos ellos son testigos del comportamiento irracional. Algunos hijos lo tomaran como comportamiento aceptable siguiendo el ejemplo, otros desarrollaran problemas de comportamiento, muy pocos son los que habiendo vivido bajo tanta turbulencia se niegan a hacer que sus hijos tengan que pasar el tormento que ellos sobrevivieron. ¿Cuál de los hijos podría ser el candidato de problemas de comportamiento o que siga el ejemplo del enojado? ¿En verdad deseas descubrirlo?
Aunque no lo creas enojarse es una decisión. Hay eruditos en el campo de la psicología que discutirán que el enojo es una respuesta automática al dolor o una emoción substituta. A que me refiero a “emoción substituta” (gracias por preguntar) me refiero a que ciertas personas se enojan a propósito para no tener que sentir dolor. No obstante, la Biblia nos ensena algo muy distinto. “Deja la ira y abandona el enojo; de ninguna manera te apasiones por hacer lo malo.” Salmos 37:8 La connotación indicada aquí con la palabra “deja” implica una decisión porque la persona que tiene una respuesta automática no tiene la habilidad de controlar el enojo. Como segundo ejemplo: Sepan, mis amados hermanos: Todo hombre sea pronto para oír, lento para hablar y lento para la ira. Santiago 1:19 O sea que no solo se puede decidir no enojarse, sino se puede decidir al compás en que uno se enoja. Como tercer ejemplo para cementar la verdad de que enojarse es una decisión añado el próximo versículo: “Quítense de ustedes toda amargura, enojo, ira, gritos y calumnia, junto con toda maldad.” Efesios 4:31
¿Con que concluyo? Abandone la decisión de enojarse para evitar a que sea interrumpida la paz. Toma una pausa breve…cuenta—1—2—3—4—5—6—7—8—9—10 respira hondo par de veces. La inyección de adrenalina que se siente cuando el enojo se aproxima no tiene que gobernar los próximos pasos. En mi propia experiencia he aprendido a que cuando me llegan los pensamientos de alguna ofensa, humillación, o torpeza de alguien hacia mí, hago mejor en levantar una oración por la persona que me hizo lo malo que quedarme remolineando en el ácido del enojo.
Mis versículos favoritos:
6Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
7Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Filipenses 4:6-7
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