Colores En Su Otoño

Podríamos relacionar las estaciones de tiempo con las épocas de la vida. La primavera con sus colores de verdor donde los capullos asoman un atavío coloreado de vida. Admirar el tiempo en que las lloviznas acarician los pétalos de cada flor, bañan las hojas; también satisface la lluvia la sed hortícola haciendo revelar el alimento de fauna silvestre alimentando las flores del campo para demostrar todo su bello esplendor. Amanecen las mañanas templadas donde el cantico de los cardenales compite con los de arrendajos azules.

La fragancia de las flores, el olor de la hierba recién cortada y el sonido de los pájaros cantando con nidos apareciendo entre las ramas de árboles anuncian nacimiento, proclamando comienzo. ¡Cuan bienvenida son las primaveras anunciando inicio, lo disfrutamos a plenitud!

Luego arropa el calor del verano con sus paisajes majestuosos que motivan prestar un tiempo

de contemplación. Llegan las mariposas volando en un baile en el aire a polinizar las flores junto a sus compañeros las avispas. Es la temporada en que en su mayoría se sale a divertir, a compartir tiempo en familia e ir de vacaciones para explorar nuevos senderos. Durante el verano intentamos nuevos retos, estableciendo nuevas experiencias. El sol nos abraza bajo su iluminación, todo es hermoso en su tiempo, porque Dios lo hizo bueno y hermoso; y porque se vive en la cúspide de la vida.

Nos otorgamos la oportunidad de disfrutar y darnos a conocer tal como el mundo mismo decora la vida con todos sus lujosos detalles. Como nosotros tomamos en cuenta lo bello y lo hermoso de la vida, también otros de lejos y de cerca admiran la belleza. Aunque veamos alguna flor marchitada otro capullo anuncia el nacimiento de otra. Descalza salimos a disfrutar la alfombra de hierba donde cada pisada emite la fragancia de su verdor. Cuando se escuchan los truenos anunciando la llegada de la lluvia aunque nos mojamos bajo el aguacero no hay afán, no hay preocupación todo está bien. ¡Cuánto de verdad disfrutamos el verano queriendo que jamás se termine porque es la estación de tiempo más anhelada de todos!

Entonces se aproxima el otoño, la temporada de calor empieza a templarse y luego a enfriar. Comienza el verdor de los árboles a cambiar en múltiples tonalidades donde las hojas caen cubriendo la hierba seca creando una alfombra nueva de colores jaspeados. Obtenemos un paseo lujoso en colores caleidoscopio pintando los paisajes de la temporada. Ya no se ven las

mariposas, las avispas cesan de visitar y muchos pájaros como el colibrí emprenden un viaje migrando al sur en busca de fuentes más abundantes de alimento y mejor clima. Ya no se puede disfrutar como en verano porque el sol aunque alumbra tiene más tendencia a esconderse detrás de las nubes y la falta del sol causa un cambio en la naturaleza visible. La fauna silvestre hace un último intento de colectar su alimento para el invierno antes de recluirse a su hábitat respectivo. Poco se disfruta del otoño más bien porque el cambio es algo no bien recibido por la melancolía de regresar a las estaciones de tiempos anteriores.

Usted quizás se estará preguntando el porqué de este escrito sobre las estaciones de tiempo. Utilizo como analogía las estaciones de tiempo para describir la jornada de la vida. La primavera en el largo de la vida representa un tiempo de comienzo donde aunque no conocemos mucho hay mucho que ver y disfrutar. Relacionaría esos años entre la niñez a los 20 años. Esta época es una época de asombro y descubrimiento donde la lucha es aprender ¿quién soy yo y porque estoy aquí? Muy poca atención se le da a los riesgos, peligros y consecuencias lo cual implica la necesidad de recibir consejo instrucción y guianza. El verano es uno de los mejores tiempos en la vida donde no existen los achaques, las opciones son múltiples y variadas donde la fuente de la juventud irradia en la edad adulta. Relacionaría esos años de los 21 años a los 39 años. La belleza del amor es vibrante ya que uno se cuida y recibe el reconocimiento de admiradores.

Este artículo se lo dedico a las mujeres que se encuentran en un su propio otoño un cambio de vida que ha traído novedades muchas de las cuales por ser nuevas y desconocidas no son bienvenidas. Para aquellas que se miran en el espejo y ya no ven la joven vibrante y feliz que una vez ocupaba el reflejo de su espejo. Su cara ha acomodado las señas de años vividos, cantazos de la vida sobrevividos y el cansancio ha empezado a notarse en sus ojos. Te escribo a ti amada que has reconocido que haces las cosas con un poco de lentitud, las fuerzas que antes correspondían al reto de frente requieren otras manos que ayuden. A ti te escribo la que te has mirado con desagrado y aunque no lo has verbalizado audiblemente te humillas en tu propio pensamiento razonando en qué momento darás por vencido el valor que te sobra de mujer. Tal parece que el cuerpo ha tomado el control y no puede estabilizar el caos de lo que hoy se conoce por "vida". A ti que cuestionas que más vendrá, he venido a recordarle que sus tiempos están en las manos del Señor su palabra lo dice claramente así:

En tu mano están mis tiempos— Salmo 31:15 RV1960

El que declaro en Genesis 8:22: Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche. Es el dueño del tiempo él te dice en el día de hoy agradece tu día corriente porque no todo es angustia, no todo es sufrimiento tienes mucho que agradecerle al Señor. Hoy gozas de más sabiduría a través de la experiencia. Hoy gozas de más conocimiento de haber aprendido de los fracasos y los triunfos de la vida. Hoy gozas del fruto del vientre de otras. Hoy gozas de una nueva temporada con nuevos retos que te mantendrán en la intriga de que más tendrá el Señor para ti. Los nuevos cambios que estas experimentando son colores adicionales a tu historia que colorean una vida obsequiada por el Señor únicamente tuya y te has hecho experta en ser quién eres. El tiempo de la menopausia es un tiempo difícil para muchas mujeres travesar. Es un tiempo en que se conoce que la dicha de traer vida al mundo ha cesado. Es también un tiempo en que uno cae en cuenta repentinamente que no se encuentra en el comienzo de la vida sino que está llegando a una temporada que también trae sus propios afanes y retos formidables.

Es durante esos años en que el nido vacío expone a la mujer al pensamiento en donde está su valor. ¿"Para que soy buena ahora?" El nido vacío presenta otra sobria realidad ahora eres otra mujer en una nueva época de la vida donde necesitas regalarte la compasión y gracia de conocer "la nueva yo". El prospecto de conocer esa nueva dama navegando en un mar de cambios hormonales, de apariencia y actitudes es aterrador para muchas.

¡Esta es una nueva aventura en lo que llamamos vida y aun en esta época Dios tiene propósito contigo! Hay una gran cantidad de mujeres jóvenes que carecen el calor de una madre y necesitan una Mujer Campeona que les de mentoría para aprender a como criar hijos, como ser esposa, y como ser madre. Necesitan las jóvenes aprender que su valor no viene de su apariencia sino del valor dentro de ellas que aportan. En un mundo lleno de influenciadores que cambian de moda y modo cada día contribuyendo a una juventud confusa y frustrada se levanta la Dama Campeona a compartir su sabiduría aconsejando y sirviendo de bendición en la vida de las que se van levantando.

Es fácil rendirse a la crítica personal de cuanta arruga, mancha, o libra adicional y las dificultades experimentadas intentando controlar la apariencia de las señales de envejecimiento. Es tanta la turbulencia que se experimenta durante la menopausia: agotamiento, insomnio, perdida de fuerza, cambios erráticos de ánimo, perdida de esperanza, y gemidos indecibles que la oración de la mujer en los momentos donde se postra ante Dios se torna al clamor del Salmo 77:

Clamo a Dios: sí, a gritos. ¡Oh, si Dios me escuchara! Cuando estaba en graves dificultades, busqué al Señor. Toda la noche oré con las manos levantadas hacia el cielo, pero mi alma no encontró consuelo. Pienso en Dios y gimo, abrumado de tanto anhelar su ayuda.

No me dejas dormir; ¡estoy tan afligido que ni siquiera puedo orar! Pienso en los viejos tiempos, que acabaron hace tanto, cuando mis noches estaban llenas de alegres canciones. Ahora busco en mi alma y considero la diferencia. ¿Me habrá rechazado para siempre el Señor? ¿Nunca más volverá a ser bondadoso conmigo? ¿Se ha ido para siempre su amor inagotable? ¿Han dejado de cumplirse sus promesas para siempre? ¿Se ha olvidado Dios de ser bondadoso? ¿Habrá cerrado de un portazo la entrada a su compasión?

Y yo digo: «Este es mi destino; el Altísimo volvió su mano contra mí». Pero después me acuerdo de todo lo que has hecho, oh Señor; recuerdo tus obras maravillosas de tiempos pasados. Siempre están en mis pensamientos; no puedo dejar de pensar en tus obras poderosas.

Oh Dios, tus caminos son santos. ¿Existe algún dios tan poderoso como tú? ¡Eres el Dios de grandes maravillas! Demuestras tu asombroso poder entre las naciones. Con tu fuerte brazo, redimiste a tu pueblo, los descendientes de Jacob y de José.

Cuando el mar Rojo te vio, oh Dios, sus aguas miraron y temblaron; el mar se estremeció hasta las profundidades. Las nubes derramaron lluvia; el trueno retumbó en el cielo; tus flechas destellaron como rayos. Tu trueno rugió desde el torbellino; ¡los relámpagos iluminaron el mundo! La tierra tembló y se estremeció. Te abriste camino a través del mar y tu sendero atravesó las poderosas aguas, ¡una senda que nadie sabía que estaba allí! Guiaste a tu pueblo por ese camino como a un rebaño de ovejas, con Moisés y Aarón de pastores.

Salmo 77 NTV

Llegan momentos cuando sola te entiendes y sola te crees estar; cuando lo que verbalizas se transforma en gruñidos de incoherencia que solo Dios lo puede descifrar. Pero el Dios Omnipotente, Omnipresente y Omnisciente a quien clamas entiende el lenguaje de llanto, entiende las expresiones gemidas aun cuando las palabras no bastan para articular el quebranto del corazón. Por eso resta más que disfrutar y deleitar por el paseo de esta vida en los pasos designados por Dios (Salmo 34:23) en el pacífico reposo del Señor (Hebreos 4:9).

¡GRACIAS ABBA POR LA MENOPAUSIA Y TODOS SUS DETALLADOS COLORES!