
¿Has alguna vez visto el proceso de fermentación? Durante el proceso de fermentación, la levadura convierte el azúcar natural en alcohol seguido a una fermentación bacteriana que produce ácido. —Notable ilustración para escribir sobre el tema de la falta de perdón. La falta de perdón es una prisión que mantiene al ofendido sin la habilidad de progresar. Esa prisión oscura no los permite ver la realidad de su propia condición, porque el enfoque permanece en un dolor profundamente internalizado. El corazón de la persona ofendida alberga el residuo de la experiencia tomando forma en raíces de amargura. La amargura es un sentimiento duradero de frustración, resentimiento o tristeza, especialmente por haber sufrido una desilusión o una injusticia.
Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados.
Hebreos 12:15 RVR 1960
Lo cierto es que sin reconciliar el asunto, el ofendido permanece en un estado de amargura expuesto a emocionalidad negativa y comportamientos maladaptativos que a consecuencia afecta a los demás a su alrededor. Vea lo que dice la Biblia:
Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas, calumnias y toda clase de mala conducta.
Efesios 4:31 NTV
"El que no perdona a los demás toma veneno el mismo deseando que el ofensor se muera."
¿Porque no puedo perdonar?
Los que dicen— "Yo no puedo perdonar ". En verdad lo que están diciendo es— "Yo no quiero perdonar"; se convencen ellos mismos de creer "no poder" por lo cual se abstienen a no perdonar. El acto de perdonar la Biblia claramente lo ilumina como una decisión consciente y personal " Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores." Mateo 6:12 La frase "como también nosotros perdonamos a nuestros deudores" indica una decisión conscientemente tomada. Este versículo forma parte de la famosa oración "El Padre Nuestro". La falta de perdón no es una inhabilidad de perdonar, sino una decisión conscientemente tomada de mantener al que ofendió con la deuda de pagar la ofensa. Los que se abstienen de perdonar sienten que el ofensor no merece perdón ni merece algún gesto de buena bondad. Somos mandados a perdonar:
Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
Colosenses 3:13 RV
Perdona & Olvida
También existe la idea equivocada de que para perdonar hay que olvidar lo sucedido. No obstante, la Biblia no contiene ningún requisito de "olvidar" para perdonar. Dios en su soberanía y omnipotencia tiene la habilidad de olvidar:
"Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí; y no me acordaré de tus pecados." Isaías 43:25 RV
Desafortunadamente, nosotros no compartimos esa habilidad—es más nosotros rumiamos en nuestros pensamientos dándole vueltas a nuestros asuntos tanto— que perdemos el sueño pensando en ello. ¿Podrías imaginar si tuvieras la habilidad de olvidar? Nunca podrías tomar una decisión, olvidarías triunfos, alegrias, eventos que marcaron su historia. No podemos olvidar los detalles de nuestra historia esos son nuestros colores que nos traen distinción.
Ojo por Ojo y Diente Por Diente
Vivimos en una época de: "¡El que me hace, me la paga! Por lo tanto, no se perdona por querer tomar la venganza uno mismo. Esa ideología es la que lleva al que lo hace a la tumba, a la cárcel, al abuso de drogas o alcohol sin escatimar los seres queridos que dependen de uno o que sufren en el proceso. Mira lo que dice la Biblia:
Mía es la venganza y la retribución; A su tiempo el pie de ellos resbalará, Porque el día de su calamidad está cerca, Ya se apresura lo que les está preparado”.
Deuteronomio 32:35 NBLA
Amados, nunca tomen venganza ustedes mismos, sino den lugar a la ira de Dios, porque escrito está: «Mía es la venganza, Yo pagaré», dice el Señor.
Romanos 12:19 NBLA
Pues conocemos a Aquel que dijo: «Mía es la venganza, Yo pagaré». Y otra vez: «El Señor juzgará a Su pueblo».
Hebreos 10:30 NBLA
Enfatizado tres veces en el Antiguo & Nuevo Testamento encontramos un punto el cual merece atención— la venganza no le pertenece a la persona ofendida, le pertenece a Dios.
Un Final Desastroso
Se conoce a la persona que no ha perdonado. Es la persona que repite con frecuencia lo que le hicieron, cómo sucedió, dónde, cuándo, y porqué. Es la que ve solo lo negativo de las situaciones. El que no perdona desperdicia la belleza de la vida con el peso de un corazón quebrantado.
El corazón conoce la amargura de su alma;
Y extraño no se entremeterá en su alegría.
Proverbios 14:10 RV
Con el tiempo la falta de perdón evoca una necesidad en el ofendido de lidiar con sus malos sentimientos porque cansa el peso del coraje, la frustración y el dolor. Algunos se vuelven indiferentes, fríos, convirtiendo un corazón amoroso en un corazón endurecido a fin de anestesiar el dolor. El peligro de tener un corazón endurecido es que la persona se enfoca en sus propios deseos y beneficios perdiendo su tranquilidad personal y eliminando la oportunidad de que Dios administre su propia justicia.
Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios;
Mas el que endurece su corazón caerá en el mal.
Proverbios 28:14 RV
Hay variedad de señales que apuntan a la falta de perdón. Algunas personas ven manifestaciones físicas de dolor crónico, fatiga crónica, úlceras muchos padecimientos que los mismos médicos no pueden explicar (esta no es una lista exhaustiva de padecimientos, existen muchas más). Otras personas ven manifestaciones psicológicas ataques de pánico, ansiedad, depresión que en la oficina terapéutica se traduce en tomar un historial del cliente desde su niñez para revelar ocasiones de sucedidos irresueltos.
Un pastor fue llamado a la cabecera de un hombre moribundo. Era un hombre que nadie apreciaba. Era duro, amargado y hosco.
Vivía en una cabaña destartalada en las afueras de la ciudad. Cuando iba a la ciudad dejaba en claro que no quería hablar con nadie y tampoco que nadie le hablara. Hasta los niños huían de él.
La gente se preguntaba por qué se había vuelto tan amargado y malo. Algunos pensaban que tenía alguna culpa secreta. Otros estaban seguros de que había cometido algún crimen horrible y que era un fugitivo de la justicia. Pero todos estaban equivocados.
La sencilla verdad era que, cuando joven, un amigo le había ocasionado un daño grave. Estaba tan furioso que dijo: “Lo recordaré hasta el día de mi muerte”. Y así lo hizo.
Le contó al pastor que se sentaba junto a su lecho: “lo he recordado cada mañana y he pensado en ello cada noche. He maldecido a ese hombre cien veces al día”.
Luchando para respirar, continuó: “y ahora veo que mi amargura me ha comido el alma. Mi odio no ha lastimado a nadie más que a mí mismo. Y Dios sabe que esto ha convertido mi vida en un infierno”.
-Autor Desconocido
Como Superar la Falta de Perdón
1) Confiese su pecado y pidale perdon a Dios
2) Reconoce que Dios es el Juez el administrara justicia
3) Perdona al que lo/la ofendió y libérese de la oscura prisión de la falta de perdón.
4) Acuerdese que usted tiene la habilidad de perdonar es su decisión
5) Este consciente de que las ofensas no terminaran
Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas !!ay de aquel por quien vienen! Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos. Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.
Lucas 17:1-4
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